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Detrás de cada gran transportista, hay una gran mujer

Detrás de cada gran transportista, hay una gran mujer.

 

Aunque pocas veces reparemos, las mujeres constituyen un pilar fundamental para unos profesionales como los transportistas, trabajadores que se enfrentan a largas jornadas de trabajo, que llegan a prolongarse durante semanas fuera de sus hogares, en el caso de transportistas internacionales.

Sin el apoyo de sus mujeres, los transportistas de largas rutas no podrían mantener sus hogares desde la distancia. Son ellas las que se ocupan de sus hijos, de resolver los problemas cotidianos y en muchas ocasiones de gestionar también el negocio en el caso de los transportistas autónomos.

Para un profesional del transporte es fundamental contar con el apoyo familiar para poder llevar a cabo su trabajo. No es fácil soportar las continuas ausencias de sus parejas sin importar que sean días de fiesta, cumpleaños o fechas señaladas para la familia.

El camionero organiza su vida en función de su trabajo y su familia debe adaptarse a esta circunstancia.

En España el perfil del transportista se encuentra muy estereotipado, no se valora la importante labor que realizan así como el esfuerzo y la dedicación que este trabajo supone.

Cuando realizamos la compra en las grandes superficies no apreciamos que sin el trabajo de los transportistas no tendríamos pescado fresco en los expositores ni fruta en las estanterías.

Cuando nos cruzamos con ellos en las carreteras no nos paramos a pensar que están realizando un servicio fundamental para nuestra sociedad, sin la que no podríamos mantener nuestro actual ritmo de vida.

Los transportistas, al igual que otros gremios de trabajadores están acusando gravemente la crisis económica que nos envuelve. Sobre todo los transportistas autónomos que deben hacer frente a los grandes gastos que supone el desempeño de su trabajo.

La subida del gasoil, las malas condiciones laborales y el alto coste de mantenimiento de sus vehículos, les hace muy difícil seguir manteniendo a sus familias.

Es por ello que la mujer del transportista lleva a cabo un papel fundamental. Además de desempeñar su propio trabajo, ya sean en casa o por cuenta ajena, muchas de ellas se convierten también en secretarias, oficinistas y gestoras, ocupándose de realizar facturas, presentar documentos y llevar las cuentas, además de gestionar el laberinto burocrático que conlleva dedicarse al transporte de forma autónoma.

La mujer del transportista debe hacerse cargo en solitario de la educación de sus hijos, mientras espera en vilo la llegada de su pareja. El transportista no solo se enfrenta al riesgo que supone las largas jornadas en la carretera, sino también a posibles robos y percances que pueden producirse durante sus horas de descanso, solos en áreas de servicio o zonas de descanso, donde el compañerismo, que siempre ha caracterizado a este gremio de profesionales, se va perdiendo poco a poco.

Aún así, algunas de ellas aún encuentran tiempo y ganas de denunciar las condiciones laborales del sector, como las que integran el Colectivo Mujeres de Transportistas, formado por más de 700 mujeres e hijas de transportistas.

El Colectivo de Mujeres Transportistas se ocupa de reclamar a las instituciones públicas que atiendan a la problemática particular a la que se enfrenta el sector del transporte, así como a participan en mesas de trabajo y convocan reuniones con las distintas entidades relacionadas con el sector, como son el Ministerio de Trabajo y las distintas asociaciones de transporte.

El Colectivo de Mujeres Transportistas se ocupa de denunciar el retraso generalizado en los cobros y la problemática que representan los “pagarés” como medio de pago, ya que en muchas ocasiones no se logran hacer efectivo.

Estas mujeres también luchan para que se cumpla la legislación que no hace nada para evitar el cabotaje y favorece con su impunidad el dumping empresarial en el sector del transporte.

Son las mujeres, las que con su inestimable ayuda hacen que los transportistas puedan seguir en sus puestos de trabajo, no solo como hemos comentado anteriormente, soportando la soledad y responsabilizándose de la educación y cuidados de sus hijos, sino también preparando ropas, sábanas y comidas, ya que son pocos los transportistas que pueden permitirse un menú diario y un hostal donde pasar la noche.

Desde luego el trabajo de transportista internacional o de largas rutas es uno de los más sacrificados que existen, que solo aquellos que lo realizan con pasión y cuentan con el apoyo de sus familias pueden realizar.

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